Ante la crisis de los aceites de semillas… la solución está en casa

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El mercado de los aceites de semillas en España se ha visto convulsionado este mes de marzo ante una situación nueva, nunca antes conocida y derivada de la guerra de Ucrania, una situación que merece una reflexión desde dentro.

En el balance de consumo total de grasas de nuestro país nos faltarán en torno a 400.000 T de aceite que dejarán de importarse de Ucrania y en menor medida de Rusia. Nos referimos al aceite de girasol que tradicionalmente importamos de esa parte de Europa y cuyos usos más frecuentes son su consumo directo en cocina, ya sea doméstico u hostelería, y el destinado a la industria agroalimentaria con su empleo en alimentos procesados, principalmente fritos envasados, y también en conservas. Y ojo que esta situación no será cosa de meses, puesto que esta primavera Ucrania ya da por perdida la siembra del girasol y por tanto la coyuntura será de al menos 1.5 o 2 años.

Ante este dilema los operadores del mercado de grasas se han visto en la necesidad de buscar alternativas para paliar ese déficit de oferta-demanda. La primera consecuencia ha sido que se ha disparado el precio del aceite de girasol al ser ahora un bien escaso, hasta en un 300%, superando con creces los 3 €/kg. En segundo lugar, han subido también los aceites de orujo de oliva, sustituto natural, y los aceites de oliva refinados, aunque al partir de valores cercanos a los 3 €/kg esa subida ha sido mucho menos intensa que la anterior.

Y en tercer lugar, pasadas unas semanas, se está produciendo un fenómeno tan sorprendente como antinatural que nos debe hacer reflexionar: se esta multiplicando la entrada de otros aceites de semillas como la colza o la canola que nunca han supuesto alternativa de consumo en nuestro país.

Y ahí está el quid de la cuestión: Disponiendo España, a 1 de marzo, de unas existencias de aceites de oliva (en sus diferentes categorías) de más de 1,330,000 T y siendo el aceite de oliva la grasa más sana y rica de todas las conocidas,

  • ¿Porqué tenemos que importar a precios desorbitados aceites ajenos a nuestra cultura como es la colza?
  • ¿Por qué no nos abastecemos de nuestro propio aceite de oliva siendo, como somos, los líderes mundiales de producción?

Hacemos un llamamiento a los envasadores españoles para que ahora más que nunca envasen nuestros aceites de oliva por tres razones incontestables:

1. Disponemos de existencias suficientes con la mayor bodega del mundo.
2. Somos mediterráneos y el aceite de oliva es la esencia de nuestra dieta.
3. Es el aceite más sano, el más estable y el más rico de todos los conocidos.

Aprovechemos esta oportunidad y sirvámosles a los españoles el atún enlatado en aceite de oliva, las patatas fritas en aceite de oliva y usemos nuestro aceite en todos nuestros guisos, fritos y conservas…además así contribuiremos a la sostenibilidad de nuestros territorios y de nuestros olivareros, y dependeremos cada vez menos de las convulsas coyunturas internacionales. Nunca un solo tiro podría abatir tantos pájaros.